Un buen amigo, empujado por la crisis, se ha lanzado a crear una consultora de comunicación. Una más…
– ¿Cómo va a ser?, le pregunté cuando me contó su proyecto.
– ¡Buenísima! Estamos cuatro amigos: uno que sabe de comunicación corporativa, otro de redes sociales, un tercero de televisión y…
– Y ¿cuándo os lanzáis?
– Estamos preparados, sólo nos falta conseguir clientes.
Esta conversación -ficticia- la he escuchado en los últimos meses en varias ocasiones con distintos matices. Y, aunque comprendo las motivaciones y necesidades, me parece que muchos emprendedores parten de un error estratégico que se quizá se pueda subsanar con estos tres puntos.
Punto 1: No importa qué sepas hacer. Importa qué necesita el público.
El punto de partida de mi amigo es: tengo unas personas que están especializados en x sectores, los junto y sale una empresa que ofrece un servicio o un producto y. Hasta ahí bien… pero ¿sabe si lo que ofrece le interesa a alguien? Opino que el proceso debe ser diferente: primero se estudia el mercado, se descubre una necesidad no cubierta adecuadamente; y, en segundo lugar, se adapta el trabajo de las personas de la empresa para concentrarse en ese nicho de mercado, y competir en él.
Y es que, por lo general, a no ser que seas un genio que haya descubierto un producto absolutamente nuevo, lo normal es que hagas algo muy similar a los demás. La clave para salir adelante -y con suerte y mucho trabajo tener éxito- es hacer algo diferente y de una manera especial.
Punto 2: Diferenciarse en producto/servicio o precio.
En el sector de la comunicación -donde las barreras de entrada ya no son infranqueables-, básicamente existen dos formas de diferenciarse de la competencia:
a) Por precio (más alto o más bajo).
b) Por el producto/servicio; no sólo la calidad sino también en la manera de ofrecerlo: la relación con el cliente, el servicio post venta, etc.
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Una bicicleta diferente… para una necesidad muy concreta. Foto: Rafael Martín Aguado. |
Punto 3: Talento y pragmatismo.
Para que el producto sea bueno y adecuado a las necesidades de los clientes, se necesita talento y mucho trabajo. Se trata de buscar tu nicho y convertirte en una referencia por la calidad del producto y la empatía con el cliente. Hace poco me contaba una persona, relacionada con la construcción en una ciudad pequeña de España, que superó la crisis el día que empezó a levantarse a las 7 am. para atender mejor a sus clientes.
Y con el pragmatismo me refiero a la honradez con el cliente. Durante bastante tiempo, en el sector de la comunicación se han maquillado resultados y no se han asumido los errores; muchos aseguraban poder conseguir el 100% de los objetivos propuestos, etc. La comunicación no es hacer cepillos de dientes: se asemeja más a un arte con mil y una dificultades ajenas a tu control. Por eso es necesaria una mayor austeridad y realismo en las propuestas. Estoy seguro que así aumentará la credibilidad de las empresas de comunicación.
Me parecen muy interesantes los tres puntos, pero el uno es fundamental, porque si no ya naces abocado a la nada.
Hay algo que se te ha escapado y es que la gente esté dispuesta a pagar, porque hay algunos sectores, como por ejemplo el mío, en el que te preguntas si "eso" se paga y supongo que en comunicación, que tiene muchos puntos en común y más ahora en que todo el mundo es muy
"solidario" en las redes con sus conocimientos, seguro que hay cosas por las que el cliente no está dispuesto a pagar, porque "eso ya está en internet". De acuerdo, ¿pero lo sabes aplicar?
Un abrazo.
*No te preguntas sino que te preguntan, perdón.
Gracias por el comentario. En internet hay artículos, consejos, planes de comunicación, etc., pero no trabajo específicamente adaptado a tus necesidades. Una buena empresa de consultoría debe ser capaz de sacar lo mejor de un cliente, potenciando elementos que ni siquiera sospechaban, o haciéndoles llegar a nichos que desconocían, o aclarando su mensaje para que realmente sea único.
Y para eso hay que trabajar mucho… sin google 😉
Totalmente de acuerdo, pero cuéntaselo a muchos de los potenciales clientes, que lo quieren todo gratis. Es para responderles: Estudia tú, investiga tú, trabaja tú… Y ya lo tienes